Como músico, como
compositor, siempre he tenido cierta predilección por el sonido del arpa
criolla venezolana. Y es que cada instrumento musical guarda secretos particulares,
que si el ejecutante agudiza sus sentidos, encontrará la manera de entenderlos
y platicar profundamente con cada uno de
ellos, pues sus sonoridades están en línea con la resonancia armónica del
Universo. En el pasado yo tuve la oportunidad de aprender a tocar el arpa y
estuve tocando con algunas agrupaciones, por espacio de unos cinco años y más
nunca retomé su ejecución.
![]() |
En la gráfica me acompaña mi amigo y gran arpista Manuel Barreto. |
La
pieza se llama “El gato chueco”, que es un golpe llanero con sabor a otras regiones de nuestro bello país. El origen del nombre será motivo de una
posterior conversación. Agradezco sus amables comentarios, que serán bien
recibidos en mi correo personal o en el mismo blog:
Saludos. Maestro gracias por compartir sus ideas y su música. Son una maravilla. Gregory Pino
ResponderEliminarGracias, Gregory. Creo que debemos, en lo posible, compartir saberes y experiencias. Eso a mí me satisface. Un abrazo, amigo...!
ResponderEliminar